martes, 10 de febrero de 2015

Creando lazos

No cuesta mucho aprender pocas y pequeñas cosas, pero seamos constantes. Los niños crecen con nosotros, nos observan, nos imitan, si lo que ven es una actuación “normal”, es lo que hacemos en ese momento y siempre en situaciones semejantes, se convierte en un hábito. Podríamos poner infinidad de ejemplos: lavarnos las manos para comer, comer sentados irnos a dormir a una hora prudente, hablar sin gritar, no mentir, no prometer cosas que no podemos cumplir… Son cosas que todos podemos hacer, no se necesitan estudios. Estas pequeñas cosas crean lazos de cariño, de respeto, de seguridad, les hará crecer, madurar, ser felices. Les enseñaremos cada día cosas nuevas, quizás incómodas para nosotros, pero si la base es buena las dificultades se superan.

Para trabajar las facultades intelectuales tenemos que conseguir que nuestros alumnos se interesen por la lectura, escritura, poesía, matemáticas, etc., que sean creativos y sobretodo, ellos mismos, personas responsables y respetuosas.


La segunda definición dice “perfeccionar los sentidos”. ¿Cómo hacerlo? Para mí, la mejor manera es despertarlos. Aprehender a través de ellos: Tocar, ver, gustar, escuchar, crear, experimentar... Aprehender significa hacer tuyo un conocimiento. Lo que se aprende de esta forma, no se olvida, se fija en nuestra memoria, son experiencias vividas que quedan grabadas, pasan a formar parte de nuestras vivencias y más tarde, de nuestros recuerdos.