martes, 3 de febrero de 2015

Me gustaría pensar que...

Terminada mi licenciatura me ofrecieron trabajo en la universidad, pero no lo acepté porque estaba convencida de que la base de la educación se encuentra en la escuela y más concretamente en los primeros años.
 Después de unos años dando clases de ciencias y matemáticas a los alumnos de trece y catorce años, decidí estudiar la especialidad de párvulos, convencida de que esa etapa escolar es primordial para los alumnos, para el buen funcionamiento en los ciclos posteriores. 
Conocí a compañeros que no valoraban el trabajo en estas edades, pensaban que su trabajo se reducía  a cambiarlos y poco más. Personalmente creo que el trabajo realizado en este periodo es fundamental. Sobre todo cuando la sociedad empuja a las familias a dejar cada vez más pronto a sus hijos en las guarderías y a los tres años en las escuelas. 


Me gustaría pensar que en la etapa de preescolar (de  tres a seis años) y en primero y segundo de primaria  se encuentran los mejores profesionales. La realidad todavía no es esa. Hay parte de la sociedad, compañeros,  padres, autoridades, etc., que piensan   que dedicar tiempo a los juegos, a relacionarse con los compañeros, a ampliar su vocabulario, a pensar, a descubrir todo lo  que les rodea, a investigar, etc., es una pérdida de  tiempo, que hay que eliminar los juguetes en las aulas y en el patio, que tienen que empezar con tres años las vocales, sus nombres, los de  sus compañeros, a utilizar el ordenador... Todo esto por desconocimiento, falta de preparación, presión social y sobre todo, a causa de  las orientaciones recibidas de las administraciones dedicadas a la enseñanza, que piensan que así solucionarán el fracaso escolar.

Os explico una anécdota. Estando con los niños en el patio observé que un niño lloraba aislado del resto, no jugaba, llevaba haciéndolo varios días, me acerque a el para preguntarle porque lloraba, respuesta del niño, porque ahora cuando entre, venga puntos y borrar. Era un niño de primero, su maestra les enseñaba la grafía de las letras uniendo puntos sobre un papel con cuadrícula, y eso para el era demasiado.