jueves, 12 de febrero de 2015

El largo, tortuoso, pero apasionante camino de la docencia

Terminé en el año 1969 y ese mismo verano mi hermana y mi cuñado me llevaron a Tiana un pueblo de la provincia de Barcelona. No fui por casualidad, en él vivía una familia que como muchas más, emigraron a Cataluña en busca de una vida mejor, eran de mi pueblo, Alamillo, y casi familia. Me quedé unos días con ellos hasta que encontré trabajo.


Fue en un pueblo próximo, El Masnou. Había un grupo de padres que buscaban una maestra y yo buscaba trabajo, así empezó mi vida profesional. Era un grupo de padres, generalmente jóvenes y con muchas inquietudes, con hijos en edad escolar. La oferta escolar que había en el pueblo no les convencía.

En esos años en El Masnou había dos escuelas religiosas y una escuela pública. Estas familias tenían otras inquietudes, querían una escuela mixta, una escuela donde la economía, la religión y la política no fueran condicionantes. Querían que se educara a sus hijos con una serie de valores.


Así empecé a andar en el largo, tortuoso, pero apasionante camino de la docencia. Sólo tenía la preparación académica, una sólida educación social, que me habían dado mis padres, ganas de aprender y de hacer las cosas bien.