miércoles, 4 de febrero de 2015

"Seño, ¿tu estas loca?"

Todos les pedimos pequeñas cosas para que nos traigan de casa, es la forma de responsabilizar a los niños, de hacer que los padres conozcan lo que estamos trabajando y se impliquen un poco.
Un día llega una niña y me pregunta directamente, “¿Seño tu estás loca?” Yo le contesto de forma pausada: “¿Por qué?” Respuesta de la niña: “Es que mi mamá dice que tú estás loca”. Explico a la niña que eso es una enfermedad y que si así fuera, yo estaría en el hospital curándome, es una niña de preescolar.

Pasado un tiempo vino la madre a interesarse por el funcionamiento de su hija en la clase y durante la entrevista, hablando de forma relajada de su progreso y de su relación conmigo, le comenté la pregunta que me había hecho la niña. Teníamos confianza, era una charla distendida, sabía que no se ofendería.

Ella reaccionó con risas, intentó explicarme que trabaja fuera de casa, que cuando llegaba tenía que atender a los niños y a su vez preparar comida, ropa, etc. No tenía tiempo de buscar lo que la niña con insistencia le pedía y fue una respuesta poco correcta.

No siempre tenemos en cuenta nuestras respuestas a las preguntas insistentes de los niños y sobre todo cuando llevamos encima una sobrecarga de trabajo y preocupaciones.