domingo, 11 de enero de 2015

Lenguaje 2

En párvulos aprendíamos los nombres de las cosas a través de las imágenes, de la observación directa de todo lo que nos rodeaba, de nuestras salidas, que eran muchas y frecuentes hasta que las leyes o normas para salir con los niños nos lo pusieron difícil. Hace unos años podíamos salir dos personas con una clase por las proximidades del centro, pero en la actualidad se necesitan tres personas por grupo y a veces no es fácil organizarlo.

Pero era y sigo creyendo que es muy enriquecedor conocer nuestro barrio, qué tiendas hay, qué oficios, cómo llega a nuestras casas todo lo que necesitamos, agua, luz, butano alimentos etc. Es muy importante que conozcan que hay un grupo de personas que hacen esos trabajos, que tienen esos oficios.


Cuando tocábamos el tema de la vivienda, de cómo era su casa, surgía la descripción de sus casas, descubríamos si eran casas o pisos, si tenían ascensor o no, al vivir en un pueblo relativamente pequeño podíamos salir por los alrededores de la escuela y hablar de sus diferencias y semejanzas con la simple observación de los edificio.

Teníamos algunos bloques de pisos y varias casas para comparar, por suerte empezaron la construcción de una casa junto a la escuela, seguimos su proceso desde el dibujo de los cimientos sobre el terreno con cal o yeso, hasta ver cómo crecían las paredes, con qué material se hacían, cómo construían el tejado y pudimos ver la cantidad de profesionales que intervenían, de la necesidad de utilizar el casco, guantes, para protegerse, del por qué de la colocación de andamios y no de una escalera, al comprobar que las paredes crecían etc.

No podéis imaginar las conversaciones entre ellos, las preguntas que me hacían y las preguntas dirigidas a los albañiles.

La motivación estaba servida y también el interés por lo que observaban. El vocabulario aprendido, a través de la observación directa de las cosas es mucho más fácil de retener.