jueves, 1 de enero de 2015
História del Huerto
De 1.984 hasta el 2.007
Empezar a trabajar como maestra y descubrir que los niños no conocían ya la procedencia de los alimentos que comían diariamente, fue sorpresa.
Todo salía de la nevera, de una bolsa, de una caja o de una botella. Todo estaba pelado, cortado o congelado.
Me di cuenta que solo algunos niños que todavía iban de vacaciones al pueblo de sus abuelos, si este era pequeño, podían tener contacto con animales domésticos y podían ver algunas frutas en los árboles, probarlas, conocer algunas verduras del huerto.
Estudiar animales y plantas lo hacíamos en la escuela con diversos materiales:
Libros, fotos, murales, películas, diapositivas.
Traían a clase para observarlos o criarlos en jaulas o cajas.
Hacíamos pequeñas experiencias con semillas y plantas para comprobar que lo que leíamos en los libros era verdad.
Salíamos al campo para observar los cambios en la naturaleza.
Recogíamos plantas, hojas, gusanos y los observábamos, los dibujábamos, los clasificábamos…
Organizábamos visitas a granjas o terrenos cultivados que cada vez era más difícil encontrar.
Teníamos la necesidad de introducir en la escuela alguna cosa más para que estos trabajos fueran más vivos, más reales y, en definitiva, mucho más interesantes y atractivos.
El primero que pusimos en funcionamiento fue en la escuela Marinada en el curso 71-72.
No era perfecto, pero nos funciono muy bien.
Tuvimos que aprender muchas cosas tanto alumnos como maestros.
El segundo huerto lo iniciamos en la escuela Ferrer i Guàrdia el curso 84 – 85 en un rincón del patio muy soleado y con una toma de agua.
Preparamos el terreno, lo nivelamos porque en nuestro patio había mucha pendiente y empezamos a plantar diferentes verduras según la época del año en que nos encontrábamos.
Más tarde ampliamos el huerto, con bloques de hormigón, que pedíamos a las obras y al ayuntamiento, delimitamos el terreno del huerto. Nos quedó bastante grande y lo distribuimos en dos parcelas, (la parcela de arriba y la parcela de abajo). Al principio sembramos nada más la parcela de arriba, más tarde las dos.
Preparar la tierra nos resultó bastante difícil porque el terreno tenía muchos escombros y trozos de cristales de la fábrica de cristal que había anteriormente a ser nuestra escuela, lo teníamos que hacer con la azada.
El ayuntamiento nos ayudó y nos trajo un camión de estiércol para abonar la tierra.
A veces nos habían ayudado algunos padres a preparar la tierra dedicándole algunas horas de su tiempo libre, los sábados y los domingos. A demás de ayudarnos era una forma de acercarlos a la escuela.
Cultivar el huero era mucho trabajo y dedicación pero era muy interesante plantar, regar, (adobar) quitar las malas hierbas y ver como las verduras crecían poco a poco.
Podíamos arrancar una zanahoria en diferentes momentos de su crecimiento para ver que pasaba debajo de la tierra.
Podíamos des descubrir que la parte que nos comemos de la lechuga son las hojas y la parte que nos comemos de una tomatera es el fruto…
Pero lo más atractivo era que podían comerse lo que habían plantado ya que los niños se llevaban a casa lo que habían plantado, a medida que las podían recoger.
Pasado un tiempo las cosas mejoraron porqué el Ayuntamiento nos dejaba una máquina para mover la tierra a principios de curso, y eso nos facilitaba mucho el trabajo más duro.
Más tarde nos enviaban una persona que nos preparaba la tierra y nosotros solo teníamos que plantar y cuidarnos del resto.
Al llegar las vacaciones se nos planteaba el problema de regar el huerto, pero lo íbamos solucionando sobre la marcha de diferentes maneras.
Todos los cursos podían y pueden utilizar y sembrar en el huerto, pero, generalmente, era el ciclo inicial (1º y 2º ) los que se hacían cargo y los que más lo utilizaban.
La última mejora que hemos realizado en el huerto ha sido ponerle una valla bajita de madera para protegerlo y separarlo del resto del patio y de un recipiente para fabricar nuestro propio abono.
Ahora tenemos proyectado la instalación de un sistema de riego de goteo con la finalidad de aprovechar mejor el agua.
Como tenemos la suerte de disponer de patios amplios en la escuela, también nos preocupamos de plantar árboles diferentes en ellos.
Algunos ya estaban cuando estrenamos la escuela, otros los plantamos nosotros, unos nos los regalaban padres o colaboradores espontáneos, otros los pedíamos al Ayuntamiento.
Teníamos unos cuantos frutales:
Un limonero, un manzano, un peral, un cerezo, un olivo dos encinas, almendros, pinos, uno piñonero.
Algunos se han muerto con el paso del tiempo seria volverlos a plantar porque es muy interesante.